ARTE CINÉTICO ARGENTINO

        por OSCAR HAEDO

 
 
CAPITULO V  
EL MOVIMIENTO REAL Los Generativos
 
05/01 1957. TOMASELLO.   

 

             Inicialmente orientado en la geometría del Arte Concreto y los postulados de Piet Mondrian, el argentino Luis Tomasello buscó ir más allá de las formas estáticas con la incorporación del movimiento fundamentado en fuentes plásticas esencialmente en la inestabilidad cromática.

            Con Tomasello se inicia el ciclo de plásticos nacionales que culminarán su labor cinética en Europa, con el mayor éxito aportado por el mendocino Julio Le Parc al ganar el Gran Premio de la 33° https://es.wikipedia.org/wiki/Bienal_de_Venecia (1966) en base a creaciones  de tal índole; en 1951 Tomasello analizaba en Europa a Mondrian, y de regreso a al Argentina, en 1957, estructura sus primeras pinturas cinéticas (elementos cuadrados negros, blancos y grises repetidos en  la superficie de la tela, determinando la idea de movimiento) para experimentar posteriormente –ya en París- con estructuras tridimensionales.

            La inestabilidad del color analizada en los Woogies–Boogies 2 por Mondrian instaron a Tomasello a buscar la vía cinética, y al hallar cerradas las posibilidades de movimiento –con el único empleo de la pintura en lo bidimensional- optó por salir  del plano mediante la aplicación sobre la tela de cubos, cilindros paralelepípedos, poliedros regulares e irregulares.

            En 1959 Tomasello expone por primera vez estas experiencias cinéticas de cuño tridimensional; la técnica consistía en instaurar cuerpos geométricos sobre un plano blanco, dispuestos de modo que el punto de contacto fuere el mínimo, al asentarlos solamente en un punto de incidencia de dos de sus superficies dirigidas en ángulo sobre el plano; pintadas con colores vivos, las citadas caras de los cuerpos irradiaban color sobre la pulimentada superficie blanca determinando una sombra coloreada que germinaba la atmósfera cromoplástica.

Por esta razón, los cuadros de Tomasello reaccionan ante el movimiento de la luz. En un ambiente cerrado, esa ATMOSFERA CROMOPLASTICA se mantiene estática hasta tanto no se cambie la luz del lugar, pero al aire libre las variaciones de la luz del sol, marchando de Oriente a Occidente, hace que esas figuras geométricas no cesen de variar de manera coherente pero a la vez inesperada: la ATMOSFERA COLOREADA que se produce en la base de cada elemento en relieve va cambiando de forma, de tono y de intensidad.

“Blanco sobre blanco. Ahí está el secreto”, dijo una vez Tomasello. Todos los fondos son blancos, y blancos también los cuerpos geométricos dispuestos sobre esos fondos. Sólo que están coloreadas las caras inferiores de dichos cuerpos que quedan escondidas al ser miradas de frente, por estar colocados en forma oblicua o paralela sobre el plano, se producen los halos coloreados en la base de cada elemento en relieve al obrar el plano como pantalla receptora y refractora a la vez.

Las sombras y refracción de los colores, según de qué lado reciban la luz –sea ésta natural o artificial- se transforman, y las sombras y los reflejos cambian con infinitas posibilidades de variación[67].

 

            Tomasello denominó a tal color reflejado COLOR – SENSACION  sin intentar  su movimiento real, labor que Bértola analiza con estos conceptos:

Es la variación del elemento exterior (la luz) o el desplazamiento del espectador lo que produce variaciones perceptibles en el cuerpo físico de la obra.

La reflexión luminosa como principio de transformabilidad es una contribución de capital importancia en la investigación cinética…

A los juegos cambiantes de luz y al desplazamiento del espectador, Tomasello agrega el ordenamiento serial de los elementos que producen una sensación óptica de movimiento. La repetición de un mismo elemento y la distribución de formas geométricas que se superponen, hacen que el ojo “salte” de un lugar a otro, para aprehender la composición como un todo unitario.[68]

            Ante la observación de las ATMOSFERA CROMOPLASTICAS de Tomasello, el espectador percibe un movimiento óptico y una transformación, ésta producida por:

         a)      la incidencia de la luz mediante el desplazamiento ante la obra,

         b)      la fuerza del reflejo (natural o artificial),

         c)      el desplazamiento del espectador ante la obra.
 

       Desde 1963 Tomasello incorporó a su producción las tramas cromáticas en madera, una especie de esqueletos cúbicos con los cuales intensificó los análisis de las reflexiones del color con posibilidades de aplicación arquitectónica en las formas de puertas y ventanas.

         En 1970 Tomasello recibió el Gran Premio de la 2da. Bienal de Arte Coltejer (Medellín, Colombia) y en 1971 el Premio Internacional de la 8va. Bienal de Arte de Menton, con sus atmósferas cromoplásticas, estructuradas en su taller de París (Rue Vilers d’isle Adam).

  

 

 

[67] Revista “Lyra”, del archivo del autor. 1973.

 [68] E. de Bértola. Ob. Cit.

 

https://issuu.com/centro-cultural-recoleta/docs/tomasello

https://www.arte-online.net/Notas/Dialogo_con_el_artista_Luis_Tomasello

http://www.delinfinito.com/wp-content/uploads/Del-Infinito-LUIS-TOMASELLO.pdf

http://museo.fisica.unlp.edu.ar/frontend/media/53/10853/bf74d710aa80af44d560d02019ffc280.pdf

https://www.youtube.com/watch?v=H7WDD5Vh7pc

https://www.youtube.com/watch?v=Tj-GXqPcEoU

 

 

 

CAPITULO V  
EL MOVIMIENTO REAL Los Generativos